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Educación digital

El almacenamiento de fotos y la inmortalidad

  • Foto del escritor: Admin
    Admin
  • 14 abr
  • 3 Min. de lectura

Los smartphones nos han dado la posibilidad de sacar fotos y grabar videos sin tener apenas ningún límite. Muchos usuarios se lanzan como locos a capturar momentos, sobre todo cuando hay niños de por medio, sin reflexionar sobre lo que están haciendo o para qué, y llegan a almacenar miles y miles de fotos y vídeos. Las empresas tecnológicas son conscientes de esta “fiebre” de sacar fotos y grabar videos y la usan para vender más teléfonos promocionando sus cámaras y ofreciendo almacenamiento ilimitado practicamente “gratis”.


Aprovechando que los usuarios almacenan sus fotos y vídeos en “la nube” sin leer las condiciones de uso, muchas empresas rentabilizan el espacio gratuito o barato que ofrecen en la nube para entre otras cosas, mejorar sus sistemas de reconocimiento facial, algoritmos y demás con las fotos y vídeos de los usuarios. Los usuarios están felices porque disponen de mucho espacio para almacenar más y más fotos y videos, ¿pero es necesario tener 5.000, 10.000, 15.000 o más fotos?


Ya va siendo hora de que la sociedad se vaya planteando el sentido de almacenar tantas cosas, aunque sea de forma digital. Por un lado tiene un gran impacto medioambiental. Las fotos y videos se almacenan en servidores que gastan mucha electricidad, mucha agua para enfriar los sistemas y muchas veces ese consumo es en retrimento de pueblos cercanos, ya que les dejan con menos agua, se talan bosques para dejar paso a nuevas infraestructuras que a su vez generan cambios climáticos etcétera.


Pero no solo eso, ¿es que alguna vez alguien va a ver todas las fotos y vídeos que tiene almacenados? El objetivo de inmortalizar todos esos momentos cual es ¿qué en el futuro alguien los pueda ver? Es muy improbable que alguien, (hijos, nietos, biznietos…) acceda a una fototeca de 15.000 fotos y comience a mirar todas las fotos y videos. Sólo con abrir un archivo tan grande esa cantidad de fotos y vídeos echa para atrás a cualquiera. Es como si alguien abriese el baúl del abuelo o de la abuela, y en lugar de mirar con cariño las 10 o 20 fotos que allí hay guardadas, se encontrase con miles y miles de fotos que comenzasen a salir a borbotones del baúl. Intentarían cerrar el baúl lo antes posible para que dejasen de salir tantas cosas.


Otro punto de reflexión es que no sabemos si en el futuro se van a poder ver esos archivos digitales. La tecnología cambia muy rápido, avanza a pasos agigantados. Lo que en su mometo  fue un dispositivo puntero para grabar videos, las primeras videocámaras, en 40 años se han convertido en reliquias, y todas sus grabaciones son ya muy difíciles de ver a no ser que sufran procesos complejos de conversión. Me refieros a los sistemas VHS y Beta. Lo que en su día, hace 15 años, fue la revolución para almacenar archivos digitales hoy en día no se usa. Me refiero a los CDs, ya ningún ordenador trae lectores de CDs. Cada vez la tecnología se direcciona más a los servicios online y a la tecnología inalámbrica, y muchos dispositivos y ordenadores ya ni siquiera traen lectores de USB.


¿Cómo sabemos que esas 10.000 fotos y vídeos que tenemos en el móvil o en la nube van a poder ser visionados por futuras generaciones? Habrá personas que piensen que las fotos y vídeos los guardan para verlos ellas mismas, pero no somos inmortales, y en algún momento nos iremos de este mundo. Si alguien cercano a mí muriese y quisiera un recuerdo suyo, me sería mucho más sencillo ver y elegir entre 100 fotos y videos que entre 15.000.


Hay una trilogía de libros llamada “El problema de los tres cuerpos” y en el último, no voy a hacer ningún spoiler, varias personas se enfrentan al dilema de cómo dejar un legado informativo al futuro sobre la humanidad. ¿Dejan libros físicos? No, el papel después de cientos de miles de años se degrada, no perduraría. ¿Dejan archivos digitales? No, no hay forma de saber si en el futuro podrán leerlos o si pasados cientos de miles o millones de años alguien tendría tecnología tan arcáica para ese tiempo y además el soporte físico también se degradaría.


Estaría bien que hiciésemos una reflexión sobre qué nos lleva a sacar miles y miles de fotos y vídeos. ¿Cuál es el objetivo? ¿Cuál es el beneficio de tenerlas si nunca las miramos, si nadie más las va a ver? El día que muramos seguramente todas esas fotos y vídeos desapareceran con nosotros a no ser que dejemos esa carga a otra persona.


En lugar de almacenar miles de fotos, podríamos hacer una selección de fotos, unas 100 o 200 por año e imprimir álbumes de fotos para verlas de vez en cuando con nuestros seres queridos, ahora o en el futuro. Y las demás se pueden borrar. No pasa nada, de verdad.



Foto en un partido
Sacando una foto en un partido

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